

Kanazawa, tesoro desconocido de Japón
Kanazawa no es una ciudad futurista como Tokio u Osaka. Tampoco es un viaje al pasado, como lo es visitar Kioto o Nara. De algún modo, Kanazawa es ambas cosas, una síntesis del espíritu del país. Una ciudad moderna situada a orillas del mar de Japón, que vive de lleno en el siglo XXI y al mismo tiempo es muy consciente de su rico pasado, lo conserva con mimo y lo muestra con orgullo.

LA HISTORIA
Castillo de Kanazawa
Fundado en 1583 por el clan Maeda, que gobernó la ciudad durante catorce generaciones. Su estructura ha ardido en varias ocasiones y ha sido la sede de una división del ejército imperial y de la universidad de Kanazawa. Lo que hoy se puede visitar se ha reconstruido siguiendo lo que se conoce del castillo de 1850. Dice la leyenda que las brillantes tejas blancas del techo están hechas de plomo porque en caso de asedio podían fundirse para hacer balas para los arcabuces. – Foto: Kanazawa City
Kanazawa colinda con el mar de Japón, está bordeada por los Alpes Japoneses, el Parque nacional de Hakusan y el parque nacional de la Península de Noto. La ciudad se sitúa entre los ríos Sai y Asano. Tiene un área total de 467,77 km².

El jardín Kenroku
Los jardines enraízan con lo más hondo de la cultura japonesa y en ellos tiene lugar una de las ceremonias que define el carácter del país: la ceremonia del té. Kenroku-en es, probablemente, el jardín más bello de Japón. Y alberga dos casas de té, una de ellas abierta hoy día al público. Dando un paseo nos encontraremos con la fuente de presión natural más antigua de Japón y con la lámpara Kotoji, emblema de Kanazawa. Además, en invierno protegen de la nieve a sus famosos pinos karasaki usando cuerdas y postes de bambú, con una técnica llamada yukitsuri, que se ha convertido en una de las estampas icónicas del jardín. – Foto: Kanazawa City

Templo Myōryū-ji: el templo ninja
Aunque en realidad este templo budista no tiene ninguna relación con los ninja, su interior está repleto de trampas, de escondites, de falsas escaleras y de habitaciones ocultas. Fue construido por el clan Maeda en el siglo XVII como refugio en caso de algún ataque o conspiración y se dice que conecta directamente con el castillo a través de pasadizos secretos. Su visita es una experiencia diferente que puede pasar desapercibida frente al resto de atracciones de Kanazawa. – Foto: Kanazawa City
